Después de estos días de tanta comilona, es usual ver mucho excedente de embutido cortado en nuestros hogares que debemos consumir en los días siguientes antes de que se ponga en mal estado. En el caso de los embutidos es difícil saber si están en mal estado a simple vista.
Desde el Consejo Europeo de Información Alimentaria recomiendan ser precavidos, aunque hayan estado refrigerados. Desde esta institución, además, diferencian entre distintos tipos: los curados, como la longaniza, el fuet o el chorizo, pueden mantenerse en la nevera por un periodo de dos a tres semanas. Aunque otros expertos aseguran que también en espacios bien ventilados y secos se mantienen bien.
Por otro lado, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) destaca que los productos de fiambre y los embutidos frescos pueden mantenerse en el frigorífico de tres a seis días, por lo que conviene un consumo rápido. Aunque, en caso de no hacerlo, apuestan por una solución eficiente: congelarlos de uno a dos meses.
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